- En algunos se obligó a tomar vacaciones a los entrenadores y personal administrativo
A mediados de marzo, se difundió el rumor de que una mujer portadora del virus Sars- Cov2 estuvo en las instalaciones del Club Campestre de San Luis, desde entonces el lugar se mantiene cerrado.
No es el único, también el Club Deportivo Potosino, el Centro Deportivo La Loma y Club de Golf, cerraron temporalmente sus instalaciones.
Ahora ofrecen clases y sesiones a través de web, Spinn, Bodycombat, Ritmos Latinos e incluso técnicas para Golf, lo que para muchos socios no es ya un servicio deportivo y se ha generado una controversia con los pagos de mensualidades.
En algunos la membresía es anual, en otros el servicio es parte del fraccionamiento residencial, pero en el “Depor”, algunos socios están renuentes a pagar su cuota mensual, alegan que no se está haciendo uso de las instalaciones. Aunado a esto, se menciona que la plantilla de entrenadores fue obligada a “tomar vacaciones”.
Otro Club en las mismas condiciones es el Libanés, que ofreció un diez por ciento de descuento a socios,de igual manera muchos se niegan a cubrir la mensualidad y se desconoce en qué términos se encuentran los trabajadores.
Esta situación provoca reflexión sobre la ruindad en tiempo de pandemia, quien imaginaría que aquellos clubes prestigiosos repletos de socialités entrarían en tal controversia financiera, siendo algunos sostenidos por empresarios árabes, o grandes magnates.