- Por Chessil Dohvehnain
Pertenezco a una generación que interactúa seguido con algoritmos que contribuyen a la teoría del machine learning y que habla y discute con chatbots de inteligencia artificial, como si de una persona más se tratase. Incluso somos fans de artistas virtuales como Hatsune Miku, o seguimos en insta a personas “no humanas” como la mexicana mar.ia, quien ha resultado ser alguien bastante genial desde mi punto de vista, a pesar de sus pocas publicaciones.
Hasta la asistencia tecnológica no humana de enfermería para tratar pacientes infectados con SARS-CoV-2 ha sido algo alabado en países como China o Corea del Sur. El mal rollo viene cuando lo que la ciencia ficción predecía desde hace décadas se vuelve realidad: el paulatino remplazo de las personas por máquinas. En el mundo de la ingeniería industrial este cambio ha sido lento pero seguro en esta década. Vale. Ahí no hay tanto problema, podría pensarse. ¿Pero qué pasa cuando ese reemplazo sucede poco a poco en labores que no son tan industriales?
En estos días, Microsoft ha concretado el despido del ejército de periodistas que tenían por contrato con la agencia Press Association, para reemplazarlos por algoritmos de inteligencia artificial, que ahora serán los encargados de la curaduría de las noticias que los portales de MSN y Edge muestran a diario a millones de usuarios, según reportó The Guardian ayer.
Microsoft argumenta que esta decisión no se debe a la crisis económica causada por la pandemia, sino que obedece a una decisión corporativa contemplada desde hace tiempo, lo cual en perspectiva, suena aún más terrible para las y los periodistas hoy desempleados. Personas para quienes será complicado encontrar un empleo que no tenga que ver con formar parte del ejército masivo de reserva de trabajo industrial del sistema capitalista postpandemia, en los días por venir.
¿Esto podría pasar en México? Eventualmente, claro. Nuestro país, contrario quizá al imaginario cultural tradicional, sí que produce ciencia y tecnología aplicada de alta calidad. Que no sea del conocimiento de la gran mayoría, es otro asunto. Pero en estos días de emergencia en que el periodismo nacional ha revelado sus deficiencias teóricas y metodológicas para diferenciar en muchos casos siquiera información falsa de aquella mínimamente confiable, imaginar el remplazo de todas y todos esos periodistas que conforman la maquinaria mediática del país, no es descabellado. Es quizá hasta profético.
Después de todo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara de 2018 se presentó un libro bilingüe de cuentos, escrito por un software IA llamado Mexica, capaz de escribir 400 relatos en seis segundos y que ha sido creado por el investigador mexicano Rafael Pérez y Pérez. El libro incluso fue prologado por el prestigioso académico del Massachusetts Institute of Technology, Fox Harrell.
Quizá nuestros periodistas tendrán que pensar con mayor cuidado las preguntas que hacen en televisión nacional, y las fake news que comparten a veces con chingo de orgullo en sus perfiles, ante la amenaza real de ser reemplazados por conjuntos de números y funciones matemáticas complejas en el futuro cercano. Aunque quizá ese consejo lo debamos tomar todas y todos por igual.
Entonces recuerdo las manifestaciones que ocurrieron hace unos días al interior del videojuego Animal Crossing en protesta por el feminicidio de Diana Reygoza, y pienso en lo curioso que me resultaría ver en lo próximo un algoritmo de inteligencia artificial que se proclame feminista, o un movimiento de IA que defienda sus derechos y combata la discriminación que podrían sufrir de nuestra parte. Lo anterior podría parecer mera especulación pero, ¿y si no resulta ser así?